La leyenda del Diablo y el Mago.


Por Cthulhu.




Cuando inician la siempre polémica tertulia acerca de la diferencia entre un profesional del fútbol y "un mercenario" (tipo que ama la guita por sobre cualquier camiseta), se ponen sobre tapete una serie nombres y de opiniones que bien pueden ser valederas como también estipulaciones incorrectas.

No obstante, para mi queda claro que el dinero, la fama, los problemas de vestuario y todo lo que ostenta el fútbol actual son factores que dificultan ver a un profesional del fútbol inmortalizarse en el vientre de una afición. 

A pesar de estas incongruencias, se me vienen a la cabeza un par de caballeros que son la manifestación de que algo de pureza aún queda en este deporte. El primero que recuerdo, es un tal Alessandro Del Piero, italiano él, ídolo indiscutible de la Juventus, donde tiene un sin fin batallas libradas. 'Pinturicchio' es y será uno de los símbolos más importantes en la historia de la 'Vecchia Signora'. 

El otro caballero que es el motivo principal de estas líneas que preciso escribir, es el galés Ryan Giggs, un eterno del Manchester United. Ya con 37 años y una lista interminable de títulos con los Red Devils, Giggs lleva el estandarte de un verdadero profesional.  Es un tipo que tiene un romance con esa camiseta roja desde los 17 años. Así es, el volante zurdo alinea entre los once hace 20 años, los cumplió en la última función del Manchester ante el Chelsea (con derrota por 2-1) y todo indica que tiene cuerda para rato. 




El mago de Gáles debutó ante el Everton, en aquella ocasión, ingresó por el lesionado Irwin y aunque fue derrota por 2-0, el crack ya se había instalado en esa banda izquierda de la que no se iría más. 

Su ímpetu, calidad y juego versátil fueron visibles condicionantes que llevarían al bueno de Ryan a recibir la oferta de integrar la Selección Inglesa  -la cual capitaneó en divisiones menores-  pero éste no aceptó y decidió formar parte de la Selección Galesa, es por eso que nunca lo hemos tenido ni en mundiales, ni en Eurocopas. 




Sin embargo, no cabe duda que su vida privada es el reflejo de su exitosa carrera. Se mantiene en forma con un estricto régimen alimenticio (0 consumo de chocolates y grasas), con sesiones de yoga dos veces por semana, Giggs es la muestra de un tipo que vive dedicado cien por ciento al fútbol. La sencillez, humildad y profesionalismo con el que asume su rol lo han catapultado a ser, inclusive, más ídolo que el mítico George Best

Ryan Giggs estuvo en momentos memorables, lo ganó prácticamente todo y claro está, que su nombre perdurará por siempre en aquella línea de cal izquierda del Teatro de los Sueños.