El grupo 'A' ya tiene dueño

Por El Chino D

El partido entre Argentina y Colombia dejó algunas conclusiones: uno no tiene idea a qué juega y el otro no termina de entenderlo; se cierra el encuentro con un 0-0 en el marcador pero dejando la sensación de un buen espectáculo. Los goles no llegaron por falta de puntería más que de ocasiones; ahora, tampoco es que se la hayan pasado rematando todo el partido pero diez disparos por equipo no resulta una cifra mezquina. Los arqueros también tuvieron un rol protagónico y determinante para este resultado, siendo ‘Chiquito’ Romero el que más destacó. A continuación, un análisis más profundo de ambos equipos:

Argentina.
No sabe a qué juega, no tiene idea. La selección de ‘che’ es, hoy por hoy, un conjunto de grandísimos jugadores desorientados, y digo desorientados porque la mano de Batista simplemente no se siente. Pareciera que el buen ‘Checho’ se hubiese confiado de la calidad y la jerarquía de sus jugadores y los haya dejado al libre albedrío dentro del terreno de juego.


Obviamente, sabemos que no es así -o, por lo menos, queremos creerlo- pero es que resulta increíble ver cómo los argentinos no pueden hilar una jugada bien estructurada y repetirla, es decir, no buscan el arco rival desde una fórmula inicial sino que tratan de llegar al gol a como dé lugar. Por ejemplo, de los diez remates que realizó argentina en el partido, ninguno se originó de la misma manera que alguno de los otros nueve. No saben cómo llegar y eso los frustra, los frustra a todos, comenzando por el mejor del mundo: Lionel.

Ayer Messi terminó de perder la paciencia y en un par de jugadas demostró que ya se salió de sus casillas, se nubló; definitivamente, la selección no es lo suyo. Y es que, muy aparte de la destacada actuación del arquero Romero, todos los jugadores de la selección albiceleste están muy por debajo del nivel al que nos tienen acostumbrados y de eso también culpo al entrenador: porque siento que al momento de armar el once titular no se fija en la funcionalidad de la plantilla y decide por nombres, ubicando -de esta manera- a jugadores con características muy similares y que, por lo tanto, terminan estorbándose al momento de jugar.

"Un gol metan carajo" (?) parece decir Batista. 

Al medio Banega, Gago y Cambiasso cumplen casi la misma labor, y arriba Agüero, Tévez, Lavezzi y el mismo Lío están horneados bajo el mismo molde. Así que, para finalizar, le recomendaría al ‘Checho’ –con todo respeto- que regrese a Rojo por la izquierda para dar amplitud por esa banda, que se decida por Banega o Cambiasso para acompañar al ‘Jefecito’ en el mediocampo, que prueba con un jugador de características diferentes como Pastore y que coloque a un referente de área.

Colombia.
A diferencia de Argentina, los ‘cafeteros’ sí tienen una idea clara de juego, el problema radica en que no parecen estar del todo confiados en que pueden ganar esta Copa. Eso sí, tienen todo para conseguirlo: una defensa sólida, una volante dinámica y una delantera letal. Pero, sobre todo, tienen a un técnico muy capaz. Ayer el equipo colombiano se impuso ante el local pero no pudo reflejarlo en el marcador por su poca precisión al momento de definir; la delantera letal de la que hablé en un inicio quedó en puro título y no pudo demostrar su valía en el gramado: Ramos y Moreno fueron los más ‘abusivos’, cada uno se devoró un gol como si se tratasen de un par de bien despachadas bandejas paisa.

A pesar de ello, los de arriba cumplieron, no con creces pero sí en lo básico: tuvieron movilidad y generaron ocasiones de peligro. El mediocampo fue el punto fuerte de Colombia en el partido y su motivo tiene nombre propio: Fredy Guarín. El mediocampista del Porto se convirtió en el patrón del equipo y tomó las riendas del juego, quitó, cortó, pegó, tocó, habilitó y hasta se animó a meterle una huacha, al mejor estilo de Ronaldinho, a Fernando Gago. Es un jugador que corre todo el partido a lo largo y ancho del terreno de juego pero dosificando de una manera muy inteligente el aire y manejando los tiempos del compromiso. Fue, definitivamente, el jugador del partido y se va consolidando como una de las figuras del campeonato.


Además, vale rescatar el trabajo de Sánchez y Aguilar, que fue silencioso pero muy útil para obtener el control del partido. Finalmente, la defensa se mostró sólida y cohesionada, teniendo como mayor potencial a los laterales, tanto Zúñiga como Armero tuvieron un ida y vuelta impresionante, aportando tanto en labores ofensivas como defensivas. Persiguieron a Tévez, Lavezzi, Agüero, Messi y cuanto jugador se pegara a su banda. Incluso, Armero tuvo una clara chance de gol, con un remate cruzado que pasó muy cerca del poste izquierdo de Romero.

El cierre.
Con una Argentina alicaída y al borde del colapso, el grupo A ya tiene a su líder indiscutible y es el cuadro ‘cafetero’. Lo consiguió con trabajo, solidaridad, despliegue físico, inteligencia y solidez defensiva. Eso sí, para buscar la Copa tendrá que sumarle a esta larga lista de cualidades, una más: la contundencia ofensiva. Sin goles, no hay paraíso.

Puterío o tragedia


Por Cthulhu.



La opinión pública y los medios de comunicación constituyen elementos de interés en el fútbol. Teniendo en claro eso, y utilizando un disfraz de Uranai Baba (?) intentamos predecir las reacciones de acuerdo a los posibles resultados de la blanquirroja.


Si le ganamos a xico: La prensa reeditará el puterío triunfalista de siempre, sin escatimar en las consecuencias que esto conllevaría a posteriori.  Hay quienes saldrán a decir “causssa pero la firme esos charros eran chibolos pe” y hay otros que ya nos verán en Brasil 2014. Paciencia, el trabajo es a largo plazo, el equipo recién se está consolidando. No nos sirve el cortoplacismo, dejemos que el ‘Mago’ chambee tranquilo. El triunfo alegra, pero no nos desviemos del principal objetivo.

Si perdemos con xicoSaldrán los anti-Burgarián (?) a decir que el responsable directo es el DT por la mala preparación física de sus dirigidos. Acotarán que el principal problema fue el asunto de las lesiones pre Copa América. Dirán que los micro-ciclo no sirvieron para nada y que un México “B” nos superó en un partido ajustado o por una amplia diferencia.  A esta gente hay que aclararle que el éxito es una excepción y que para analizar el trabajo de un director técnico hay que prescindir del resultado y observar el método. Se trata de una etapa de preparación, los resultados negativos servirán para que el trabajo sea más coherente y los jugadores, en sí, no se relajen. Momento perfecto para resolver las dudas.


Si le ganamos a Chile: El puterío alcanzará su máxima expresión.  Si bien un triunfo ante 'La Roja' alegraría a todo el continente (?), los titulares en los periódicos (y webs) no vacilarían en ser directamente saladores. La fe en ‘San Markarián’ alcanzaría niveles de ridiculez extrema. Asimismo, habrá unos cuantos medios sensatos que –nobleza obliga- es valedero reconocerles su inobjetable labor, haciéndole  ver a la mayoría que, si bien, se trata de un paso importante ganarle a una selección tan consolidada como la ‘mapocha’, es preferible evitar las terribles exageraciones mediáticas. 

Si perdemos con Chile: Nos cierran el puterío hasta que la SUNAT disponga (?). Se revivirá un viejo deporte nacional: denostar todo lo que tenga que ver con la FPF. Ya se dejará a Markarián de lado y se  acusará directamente al exitoso y buena onda (?) de Manuel Burga. Se criticará, principalmente, la ineptitud para conseguir rivales de primer nivel. Los “sabelotodo” saldrán a decir que lo que nos espera es catastrófico y la fragancia a derrotismo será el nauseabundo olor de aquí hasta las eliminatorias. No obstante, nunca faltará algún colorado (?) que evitará mirar de forma cabizbaja el resultado por más abultado que sea.


Si clasificamos: Dependerá mucho de la forma, pero la fe en Sergio Markarián rozará el Bielsismo. De lograrlo, el puterío será un jolgorio total. Los mesurados no tomarán y tampoco bailarán (?), harán un análisis discreto. Estarán más preocupados por el rival que se nos viene.  Lo lógico acá, es que toque quien nos toque se tendrá que pelear desde abajo. Los peruanos, bien sabemos, que estamos prohibidos de caer en cana triunfalismos. La prensa debería ayudar. 

Si no clasificamos: Dependerá también de la forma, pero las críticas destructivas serán el pan de cada día. No habrá tanto tocuén porque tocuén es cuento (?). Estarán los que pierdan la fe y los que todavía la tendrán adentro latente.