La novela Mourinho – Real Madrid tuvo el final, para muchos, más esperado de todos: dimisión del personaje principal. Sí, así es. El técnico portugués consiguió colocarse sobre los 111 años del club merengue asumiendo un papel protagónico desde el primer día que pisó Madrid. Arraigos de su personalidad, obviamente. Su inminente llegada enjuiciaba la única solución que tenían en la Casa Blanca para igualar o superar al Barcelona más perfecto de todos los tiempos.
I'll see you on the dark side of the moon |
La búsqueda obsesiva por esa décima Champions, las promesas de Florentino y las siempre estridentes contrataciones madridistas, suponían un panorama lúcido para llevarse el mundo por delante con el hombre de Setúbal en el banquillo. Las consecuencias de tamañas pretensiones, claramente, fueron nefastas. Mourinho sólo consiguió una Supercopa , una Liga y una Copa del Rey. Todo esto visto desde un panorama tan realista como absolutamente resultadista.
Mou no refundó la propuesta madridista, porque después de Vicente Del Bosque simplemente no existió. Instauró su propia marca: neutralizar al rival. Volvió competitivo a un club que ya se estaba olvidando de serlo. “¡Pero si le compraron unos jugadorazos, de qué competitividad me estás hablando!” dirá algún Gonzalo Núñez (?) en una alturada discusión futbolera. Si bien es cierto, el Madrid posee a la elite del fútbol en su plantilla, no fue fácil de todas formas ponerlo palmo a palmo con un Barcelona que hacía lo que quería. Con el libreto aprendido por defecto. Al Real le costó sobreponerse a la superioridad, casi una relación abuelo – nieto (?), que habían sostenido durante sus primeros encuentros. Sin embargo, poco a poco la mano de Mou comenzó a convencer a jugadores y sobre todo a la afición. Barça con Pep o sin él lo sufrió. Quizá ese haya sido uno de los pocos grandes logros que tuvo Mou en Madrid.
Combo en la cara es cosa du pasadu, agora moda e ... ♫♪ (?) |
El resto sí se va por el excusado: dos derrotas en semis de Champions, cero copas en este periodo y un vestuario totalmente resquebrajado. El propio Mourinho aceptó tener la peor temporada de su carrera. Ni hablar de la pésima relación con la prensa, la bronca con Valdano y el culebrón con Iker Casillas. Las coordenadas para Mou se volvieron difusas en una posición en la que él se creyó autosuficiente. Así fue como ese Titanic encontró su propia punta del iceberg en el ego de todos: jugadores, dirigentes, hinchas y principalmente el DT.
La hecatombe llegó el viernes con esa final de Copa del Rey ante el clásico rival de la ciudad. Un triste epílogo para un proceso que buscaba premio consuelo y que se fue con las manos vacías pidiendo a gritos que acabe la temporada. El portugués ni siquiera fue a recibir el premio de subcampeón, fiel a su estilo polémico.
Tiene cara de técnico que no le fue bien en su Master League (?) |
No caben dudas que le va a costar mucho al Real Madrid sobreponerse a la partida de Mou, seguramente, acompañado de algunos jugadores. Y el tema es que, salvo el Porto, varios de los equipos que dirigió asumieron serios problemas para situarse on the top nuevamente tras salida del portugués. Muchas veces por el poco uso de canteranos o el “desmantelamiento” del plantel. Por esta razón en Madrid ya deben estar pensando en borrar la página, ubicar un reemplazante ideal y plantearse nuevas políticas sobre lo que quieren del club para las temporadas que vienen.
buen post, muchos dicen que del bosque gano mucho mas que mourinho, pero no se dan cuenta que eran tiempos distintos, en el que el barza no era lo que es hoy,o bueno hace poco, tuvo los huevos suficientes para enfrentarse ante el mejor equipo de todos los tiempos cuando otros se limitaban solamente a halargalo.
ResponderEliminar"Tiene cara de técnico que no le fue bien en su Master League"
ResponderEliminarMorí ahí.