Se fue Ronaldo, la pelota llora

Por Cthulhu.




Hoy la pelota anda triste, no rueda más con ese brillo, sabe que se ha ido un grande. Y claro, ella lo sufre y mucho le digo, porque son pocos los que la trataban como lo hacía él.  La maleabilidad era de otro mundo, de otro tiempo, el tipo no era solo un futbolista, era un artista, un artista que en cada gambeta se encargaba de dejar despatarrado a cuanto pata dura se le cruzaba en el camino. Nosotros, nos vamos jactar siempre de haberlo visto, eso se le agradece de corazón.

Ronaldo Nazário Luiz de Lima, nacido en Rio de Janeiro, el 22 de Septiembre de 1976, es sin duda el mejor número 9 de la historia. Vivió, al igual que Maradona, en un barrio privado… privado de luz, privado de agua… (?). El primer equipo que lo acogió fue el Cruzeiro, gracias al buen ojo de Jairzinho. Posteriormente sería fichado por el PSV Eindhoven, en donde derrochó poesía en cada encuentro que jugó.

Este paso por el fútbol holandés, sería su trampolín para llegar al Barcelona de España. Algunos dicen que fue acá donde Ronaldo logró un fútbol nivel Saya 4 (?). No obstante, también llegaría al Inter de Italia donde comenzarían los problemas de su rodilla. Ambas piernas pagaron pato (?) por la habilidad del crack. 




Pasó mucho tiempo lesionado, hasta que el Real Madrid decidió que era hora de convocar a los ‘Galácticos’. En el cuadro merengue, con unos kilitos de más, Ronnie se encargó de hacer delirar a la Casa Blanca con sus goles y jugadas. Su último club en Europa fue nada menos que el Milan. Después, de ganar el mundial de Corea – Japón 2002 y perder en manos de Zidane y Cía en el mundial de 2006, Ronaldo llegaría al rossonero, para seguir en lo suyo aunque ya sus problemas de hipotiroidismo comenzaron a notarse.

O’ Gordo tenía menos estado que Palestina (?), pero su talento lo puso otra vez en el mapa.  Lamentablemente, R9 pasaría otra vez por el quirófano, su rodilla se volvería joder y su carrera en el club italiano terminaría para regresar al Corinthians en el 2008. En el Timao, dio sus últimas funciones, el público paulista vio sus últimos toques, sus últimos amagues, goles, tacos, gambetas, el último suspiro de magia, de esa magia eterna, absoluta y totalmente futbolera.



¿Quién podrá agradecerte tanta magia? Se fue un tipo que se cayó miles veces gritando dolor, impotencia, pero que supo ponerse de pie, gambetear a la adversidad y escribir su propia historia. La historia de un ganador, de un hombre que llevó a su país a lo más alto.

La deuda de todos los que lo vimos jugar, es algo tan impagable, no hay como agradecerle tanto, no existe ni forma, ni palabra para descifrar lo que le adeuda el mundo del fútbol. Ronaldo Nazário Luiz de Lima, ha dejado el deporte rey, ya no aparecerá más entre los once, sus botines ya no besarán más el pasto, las redes ya no se inflarán con sus goles y la pelota, viuda ella, lo llora.