La caída del ‘Rei’


Por Giorgio Cciaves.



En el 2007, un menudo jugador ilusionaba a todo un pueblo. Sus actuaciones de aquel año en el Sudamericano de Ecuador - en el que finalmente Perú logró clasificar al Mundial Sub 17- hacían pensar que un nuevo crack nacía de las infértiles tierras del actual fútbol peruano. Su nombre era Reimond Manco, y con solo 16 años se convirtió en toda una promesa.

Su carrera como futbolista comenzó en Alianza Lima. Luego de ello, cruzó el charco y firmó por el PSV Eindhoven de Holanda. Hasta ese momento todo bien. Sin embargo, empezaría a acaparar las portadas de los tabloides de espectáculos debido al furtivo romance que tuvo con Fiorella Vento, una modelito cinco años mayor que él, con quien terminaría contrayendo nupcias y divorciándose un año después. Todo aquello sucedió  cuando el  ‘Rei’ apenas sacaba su DNI.




Del PSV, uno de los equipos más populares del país del mítico Johan Cruyff y muchos más, pasó al Willem II, club en el que tendría su primera debacle futbolística. Se lesionó, perdió continuidad, y por consiguiente un bajón en su nivel de juego. Es así que decide regresar al Perú para seguir con su proceso de rehabilitación, el cual lo llevaba en las salas médicas y en las discotecas limeñas, en donde no pasaba de ser un ‘gilerito’ más.

Tócame que soy realidad

"Tócame que soy realidad" (?)

Tras su infructuoso paso por Europa, el Juan Aurich de Chiclayo le tiró el salvavidas. Parecía que Reimond había sentado cabeza y que se dedicaría a explotar ese talento que Dios le concedió en las piernas. Pero no fue así. Cuando las aguas estaban mansas, una chica desconocida, llamada Shirley Arica, afirmó que Manco intentó seducirla con la frase ‘Tócame que soy realidad’. Lo demás es historia conocida.



El boom mediático que causó dicho evento en la vida de Reimond Manco, no impidió que el destino le dé una nueva oportunidad en su carrera. El Atlante de México decidió incorporarlo a sus filas, pero pocos meses después terminaron por echarlo debido a que llegó borracho a uno de los entrenamientos. El peruano negó la versión oficial del club aduciendo que había sido víctima de un secuestro. Una perlita más luego del escándalo que protagonizó con la selección peruana en Panamá.


A estas alturas, parece que poco ha quedado de aquel chiquillo habilidoso que rompía cinturas. Hace una semanas se incorporó nuevamente al Aurich, después de estar casi toda la primera mitad de este año en para, pero bailando en un programa de entretenimiento, demostrando que tiene dos pies izquierdos.

En una entrevista a un medio local ha prometido, una vez más, que se centrará en recuperar su nivel. Ojalá y sea así por el bien del buen ‘Rei’.