Regalo de Pascuas

Por El Chull 

"He decidido levantar la restricción que tenía para la convocatoria de tres jugadores”. Estas fueron las palabras claras del DT de Perú, Sergio Markarián, en una entrevista concedida  a Milhouse (?) Peredo, refiriéndose al posible regreso a la selección de los jugadores implicados en el escándalo ocurrido en Panamá.


Esto ha dividido, mismo simpatizantes de Keiko Y Ollanta (?), a los hinchas de la ‘blanquirroja’. La noticia ha caído como un baldazo de agua fría para quienes apoyaban el castigo a los jugadores, mientras que por otro lado, muchos se sienten aliviados de que Don Sergio, por fin, se deje de huevadas (?) y convoque de una vez a Farfán a la selección.

“Quien cometa un acto de indisciplina está fuera“. “Aunque pierda o fracase voy a aceptar el reto y dejar afuera a los que tenga que dejar. No tenemos por qué vivir con policías alrededor de la selección, cuidando si salen los chicos. Es una cuestión de compromiso y respeto”. “Me duele muchísimo. Esto es peor que haber perdido el partido, pero acá la cosa es clara. Si quieren joder, que no estén en la selección”. Estas fueron las palabras de Markarián en octubre del año pasado. Contundente y preciso en su decisión.




¿Qué fue lo que pasó? Sencillo. El DT de la selección sintió la presión de los jugadores más ‘influyentes’ y se sintió apretado por éstos, demostrando una falta de autoridad irreconocible.

A mí parecer, se respeta la decisión del Mago, pero no se comparte. En otro post comentaba que no se debía perdonar la desobediencia de Farfán, Galliquio y Manco. Los jugadores de fútbol deben ser profesionales tanto dentro como fuera del campo. Se debe actuar con responsabilidad y compromiso siempre. Ellos son (o deberían ser) el ejemplo de miles de niños y jóvenes que son hinchas de la selección y de las próximas generaciones de jugadores que llegarán en el futuro. Al romper estas ‘reglas’, ¿dónde queda el respeto?, Y no al equipo, sino a los hinchas, a los que seguimos partido tras partido al equipo nacional a pesar de las constantes derrotas y fracasos. Estos principios se deben respetar siempre cuando uno es seleccionado.  


No se trata de decir que los necesitamos, o que Farfán es un jugador excluyente y que es un lujo no tenerlo en el equipo. La ‘foquita’ podrá ser un jugador indiscutible, sí; pero imprescindible, no. Nadie duda de la  calidad de jugador que es, pero no es indispensable para depender totalmente de él. Hoy en día los equipos no dependen de un jugador, sino de su colectivo.

Deja mucho que pensar la actitud de Markarián, que parece estar dispuesto a apañar a sus jugadores, dejando de lado los conceptos de ética profesional, disciplina y compromiso que debe haber en el fútbol para conseguir un objetivo. Pésima imagen para las futuras generaciones.