Por Cthulhu.
Se computan él. |
El futbolista peruano: Con la cabeza hecha pelota
No es un nuevo dilema, tampoco un viejo verso. El fútbol peruano arrastra un cáncer llamado idiosincrasia, un cáncer que, al parecer, no tiene cura. En la mañana escuché a Phillip Butters en la radio comunicar que se ha filtrado una información en la cual se dice que algunos jugadores de la Sub 20 se habrían ido de juerga por fiestas mientras concentraban en Arequipa. De hecho, todo el país y hasta Víctor Ariza (?) desean que esta ‘info’ no sea veraz y se descarte la posibilidad de que este lamentable suceso sea real. La afición creo que ya tuvo suficiente con el fato ese del Veneto, sin contar el escandalazo del Golf Los Incas.
Butters al terminar de dar esta noticia concluyó en algo muy acertado: el mal ejemplo que le dan los de la selección mayor. Como bien dijimos en algún post anterior, la “Farfanización” no es tocuen, ya lo dice el tristemente célebre Reimond Manco… “es realidad”.
La gran mayoría de futbolistas que salen de estas tierras vienen de barrios donde los “amigos” no son más que una tira de vividores y mañosos. Esas “juntas” le acarrean un grave daño a la mentalidad del jugador, que tiene la cabeza puesta en cualquier parte menos en la gloria deportiva. La vedé’ (y en el caso de los jugadores fichos o que se afichan: la modelito), el auto de lujo, los dos relojes al estilo del Dié, hijos con la firme e hijos sin reconocer, el Timbalero, el Patriota, el Vodoo, Aura – Gótica, Embarradero (?), el Tumbao, entre otros centros de recreación (?) y distractores que dan como resultado ser una vergüenza a nivel continental y por qué no, a nivel mundial. Nadie dice que no tengan derecho a divertirse, pero muchachos dense cuenta, somos los últimos.
No me quiero mucho desviar del tema principal de este post, la idiosincrasia del fútbol peruano esta llena de una criollada netamente improductiva y esto aleja a, nuestro venido a menos, fútbol de una palabra muy olvidada: éxito.
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